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El Hombre de Pie
Yo titule mi critica “el hombre de pie” porque recuerdo un niño perdido, en una vida confusa. De pie en un mundo que estaba listo para consumirme. Recuerdo despertar con palmas empapadas de sudor, ruidos fuertes de puertas pesadas cuando cerraban de golpe y hombres en uniformes que solo hablaban de cifras y me pasaban por delante. Ellos se iban y nosotros permanecíamos. Cinco años de la misma mierda! Cinco años de los mismos hombres y mujeres que viene a la obra dedicada a hacer de nuestra vida un infierno. Como un hombre inocente yo permanezco alto y firme ...... pero diablos a quién engaño. Yo estaba quebrantado, asustado, preocupado, incluso acepto que estaba derrotado. Yo, ya no era el hombre de pie. Pero un hombre cambiaria todo esto y el me devolvería la vida d a mis ojos de nuevo. Antonio F. Valiente es el Clark Kent de la Defensoría Pública. He leído artículos sobre sus resultados exitosos en la sala del tribunal, y hasta después de un año de estar de regreso a casa, el señor Valiente continúa en entablar justicia en las salas de corte y a familias. Él es el hombre de pie. Antonio escogió mi caso. Él era el único abogado que estaba seguro y dispuesto a ir a juicio.... y estaba listo. Yo tuve tres abogados diferentes desde mis cinco años en el condado. Y todos me dijeron que mi caso no era algo que ganaríamos. Yo estaba perdido y confuso ya que era completamente inocente. Antonio era mi nuevo abogado en el caso y cuando tomo mi caso, él estaba seguro (y lo demostraba en su) caminado y hablado. Era claro que él no se iba a dar por vencido. Cuando Antonio Valiente estaba ejerciendo en la sala de la corte - no sólo me conmovió en la apertura de sus argumentos sino también me conmovió durante el cierre también. Sus palabras conmovieron el tribunal y el jurado cuando él se expresaba. Él era el hombre de pie en ese salón. Mi vida estaba en sus manos. Y el luchó por mí como si yo fuera su propio. Recuerdo cuando se dio el veredicto y el jurado regreso al salón. Todo el mundo se puso de pie y yo permanecí sentado.... demasiado débil para pararme.... pero el hombre a mi lado me miró a los ojos y me dijo que me pusiera de pie. Yo miraba hacia abajo con derrota en los ojos. El susurró con voz firme.... ponte de pie Watson. Me levanté lentamente y puse atención. Ahora estaba parado al lado de Antonio cuando leyeron el veredicto de no culpable. Lloré y caí a la silla en estado de shock total y alivio. El hombre de pie me miró a los ojos y me dijo:….. no [eres] culpable.
- Watson